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Una Mirada a Alejandría:

Hace más de 2000 años Alejandría era la capital y la mayor de las ciudades de Egipto. Hoy, aunque ha sido superada por El Cairo, tanto en dimesiones como en importancia, Alejandría es el principal puerto marítimo de Egipto y la segunda ciudad del país. Se encuentra situada a 223 km al noroeste de El Cairo, con la que está conectada por carretera, linea ferroviaria y aerolinea.

Kilometros de hermosa arena blanca, extendida a lo largo de la costa Mediterranea, proporcionan el marco ideal de esta ciudad comercial y centro turístico. El verano atrae a las gentes a las playas que se extienden hacia las afueras de Agami por el oeste y de Abu Quir por el este. Las aguas limpias y tranquilas han convertido Abu Quir en un emplazamiento popular para practicar la pesca y otros deportes acuáticos. A diferencia de la mayoría de las ciudades egipcias, Alejandría es a veces fresca y lluviosa durante el Invierno.

   

La enseñanza es obligatoria desde los 6 a los 12 años. Después los jóvenes pueden continuar en escuelas técnicas o la Universidad gratuitamente. La Universidad estatal de Alejandría fue fundada en 1942.

Las industrias de la ciudad producen tejidos de algodón, papel, chocolate, alimentos procesados, asfalto y petroleo. El algodón es el producto más valioso para la exportación.

 
 
El Faro de Alejandria (Faro de Pharos):

De las Siete maravillas del Mundo Antiguo, sólo una de ellas tenía un uso realmente práctico añadido a su elegancia arquitectónica: El Faro de Alejandría. A los navegantes les aseguraba el retorno al Gran Puerto y para los arquitectos significaba incluso más: era el edificio más alto de la Tierra. Para los científicos era el misterioso espejo que más les fascinaba, el espejo cuyo reflejo podía ser divisado a mas de 50 km mar adentro.
 

Poco después de la muerte de Alejandro Magno, su comandante Ptolomeo Soter asumió el poder en Egipto. Había sido testigo de la fundación de la ciudad de Alejandría y fue aquí donde estableció su capital.

Frente a las costas de la ciudad se encuentra una pequeña isla: Faros. Su nombre, según la leyenda, es una variante de La Isla del Faraón. La isla estaba conectada al continente por medio de una calzada - el Heptastadion - que dotó a la ciudad de un puerto doble. Por las peligrosas condiciones de navegación y el litoral llano era necesaria la construcción de un faro.

 

El proyecto fue concebido e iniciado por Ptolomeo Soter en torno al año 290 a.C., pero no fue finalizado hasta después de su muerte, durante el reinado de su hijo Ptolomeo Filadelfo. Sostratus, un contemporaneo de Euclides, fue el arquitecto, pero los cálculos detallados para la estructura y sus accesorios fueron realizados en la Biblioteca/Mouseion de Alejandría. El monumento estaba dedicado a los Dioses Salvadores: Ptolomeo Soter (lit. El Salvador) y su esposa Berenice. Durante siglos, el faro de Alejandría (ocasionalmente llamado Faro de Faraos) se empleó como señalización del puerto, usando fuego durante la noche y reflejando los rayos solares en las horas diurnas. Incluso se representó en monedas romanas, de la misma forma que los monumentos famosos lo son hoy en día.

 
Alejandria durante la Era Cristiana:

A comienzos de la era Cristiana, Alejandría disfrutaba de importancia en el mundo romano como centro de la Cristiandad. Según la tradición San Marcos introdujo la nueva religión entre los años 45 y 62 de nuestra era. Muchos cristianos se desplazaron hacia el desierto para vivir como ermitaños. Más tarde estos mismos hombres se unieron dando lugar a las poderosas comunidades monásticas. La agitación teológica dio lugar a la ortodoxia de Athanasius, la herejía de Arius y el Gnosticismo de Valentinus. Obispos de una amplia región respondían así a los patriarcas de Alejandría.
 
Palacio Muntazah:

El centro de la ciudad se anima con el florecer de las plantas de los jardines del Zoológico, Nuzhah y Antoniadis. Los jardines de la orilla del mar decoran los suelos del Palacio Muntazah en una alta duna con vistas a la Bahía Muntazah. Muntazah era la residencia oficial de la familia real egipcia. Tras el derrocamiento de la monarquía en 1952, los edificios del palacio, conocidos como Haramlek y Salamlek, fueron destinados a otros usos. El Haramlek alberga actualmente un casino en el piso inferior y un museo real en los niveles superiores. El Salamlek fue convertido en hotel.
   
La península:

Una península, que una vez fue una isla, separa los dos puertos del este y el oeste. A la entrada al puerto oriental, en el extremo de la península, el fuerte de Qait Bey alberga un museo naval. No lejos de este se encuentra el Instituto de Vida Marítima, con raras especies de animales de las aguas circundantes.
   
Agami:

Un centro turístico exclusivo, en el que la élite de El Cairo y Alejandría, disfruta de sus vacaciones. Conocido como el St-Tropez Egipcio, Agami hoy día atiende también a las clases trabajadora y media. El centro turístico fue fundado en los años 50, si bien son pocas las construcciones de este periodo que se mantienen. Aunque la mayoría de las viviendas de la zona son sencillas, hay excepciones, incluyendo la Villa Lashin, construida en 1962 por el arquitecto Ali Azzam y el Beit el-Halawa, construido por Abd el-Wahid el-Wakil. Cerca de aquí podrá encontrar los centros turísticos de Hannoville y Sidi Kreir, que son también populares refugios estivales. En lo referente a la Historia existe una ciudadela construida durante la ocupación francesa de Egipto.
 
   
Las Playas de Alejandria:

Pese a los kilómetros de arenosas y blancas playas y un mar celeste, el Mediterraneo Egipcio es un área aún por desarrollar y relativamente poco poblada. Hay hermosas playas a lo largo de toda la costa desde Alejandría hasta Marsa Matrouh, incluyendo el centro turístico de Sidi Abd al Rahman, una bahía retirada con aguas cristalinas y una selección de villas y hoteles.

Cuando el penetrante frio invernal llega, las orillas de Egipto, que se prolongan sin contaminación a lo largo de kilómetros y kilómetros, participan del calor del sol que ha abandonado otras orillas para brillar únicamente aquí honrando, así, los antiguos días en los que el sol era una deidad Egipcia.

A pesar del paso del tiempo, el sol todavía continúa siendo acogedor con Egipto e invita al visitante a disfrutar de un cálido invierno lejos del frío y una agradable brisa veraniega lejana al opresivo calor del mediodía.

Egipto, un centro turístico invernal de renombre en todo el mundo tiene numerosas y bellas playas. Su costa septentrional desde Sallum a Rafah tiene una longitud de 1181 km; su litoral oriental, desde Suez a Halayeb, es de unos 1085 km; las orillas del Golfo de Suez y Aqaba rebosan con las más exquisitas playas, espectaculares arrecifes de coral y una amplia variedad de peces de colores, que raramente pueden verse en otra parte.

Todo aquel que ha visto una parte, debe volver muchas más veces, para festejar la vista y satisfacer su corazón con estas atractivas imágenes que permanecerán por siempre grabadas en su memoria, como si estuviera observando las más exquisitas pinturas de la Tierra.

 
   
LA COLUMNA DE POMPEYO, LAS CATACUMBAS Y EL MUSEO (Medio Día)

Vaya paseando a lo largo de la ribera, frente al Museo de Hidrobiología, el castillo Qait Bey y la Mezquita de al Mursi Abu el Abbas. Entonces podrá observar la Columna de Pompeyo, de 30 metros de altura, construida de hermoso granito rojo. Fue erigida por Posthumous, el prefecto Romano, en honor del Emperador Diocleciano. Después realice una corta visita a las catacumbas, fechadas en los dos primeros siglos de nuestra era, para finalmente visitar el Museo Greco-Romano donde los objetos y reliquias expuestos relatan la prosperidad de la que gozó Alejandría durante los periodos griego y romano.